Ventajas del cuidado a domicilio de personas mayores

El creciente envejecimiento de la población española, cada vez más acelerado en las últimas décadas, hace que debamos fijarnos en las diferentes fórmulas existentes para el cuidado de ancianos. En España, en las últimas tres décadas, se ha duplicado el número de personas mayores de 65 años.

Los factores que influyen en esta situación son la baja natalidad, las mejoras en la calidad de vida y una mejor asistencia médica. Lo cierto es que la población anciana crece y, con ello, también la necesidad de asistir las necesidades sociales y asistenciales de estas personas.

Hace unos años, el cuidado de mayores quedaba en manos de la familia como única fórmula, pero ahora existen muchísimas fórmulas que permiten una mejor asistencia a las necesidades específicas de las personas mayores, desde la presencia (por horas o permanentemente) de cuidadores a domicilio, como el ingreso, total o parcial, en residencias públicas o privadas.

Existe una problemática adicional que hace cada vez más necesaria la existencia de organizaciones públicas o privadas que faciliten servicios de asistencia para el cuidado de ancianos: el envejecimiento de la población hace que, en muchos casos, el hijo que cuida de su padre o madre ancianos sea también de una edad superior a los 65 años, con las limitaciones físicas que eso supone para el hijo.

Esto quiere decir que, en muchos casos, el cuidado de mayores queda en manos de la tercera o cuarta generación, con las dificultades que eso supone para que estos últimos desarrollen su vida familiar y profesional.

Y las cifras, con su frialdad, no hacen más que pensar que la situación tenderá a agravarse, pues la población sexagenaria cada vez es mayor y no queda compensada con incrementos en el índice de natalidad: se calcula que la población anciana en España llegará a ser del 30% en 2050.

Las familias necesitan buscar fórmulas de atención externa (fuera de la familia) a sus mayores mediante profesionales que los asistan a domicilio, algo que, además, tienen unos enormes beneficios para todas las partes. El primero de todos, contar con profesionales especializados en el cuidado y atención de unas personas que tienen unas necesidades en las que un familiar no va a poder cubrir.

Según el grado de dependencia de terceras personas que pueda tener el anciano, será necesario, incluso, fuerza física, para poder levantarlo, asearlo, desplazarlo o sentarlo; darle una mínima actividad física para evitar su deterioro; mínimas curas sobre posibles lesiones provocadas por la poca actividad, etc.

Estos servicios a domicilio son una excelente opción para todas estas necesidades que surgen en las familias, porque permiten que la persona anciana no abandone su domicilio y, por lo tanto, a su arraigo. También les permite mantener una cierta autonomía y actividad, con lo que ello supone para su calidad de vida.

Hay que pensar que el abandono de sus casas para el ingreso en una residencia resulta muy traumático para las personas mayores. Han pasado mucho tiempo en esa casa y ello les da seguridad y, como antes decíamos, arraigo. Es muy posible que sea ahí en donde han visto crecer a sus hijos y nacer a sus nietos; tienen sus recuerdos enmarcados en fotografías, o decorando su casa; conocen al tendero de la esquina, o pasean por ese parque cercano. 

Sin duda alguna, con el servicio de asistencia a domicilio, nuestros padres o abuelos tienen una mayor seguridad, confianza y autonomía. Y también resulta muy ventajoso para las familias, puesto que, a nivel económico no requiere el dispendio de una residencia de ancianos y está llevado a cabo por profesionales especializados.

Además, los servicios no sólo se limitan únicamente al cuidado de esas personas (aseo personal, acompañamiento, movilización, etc.), ya que incluyen desde la alimentación (realizando incluso la compra), hasta otras labores domésticas, como por ejemplo la limpieza. Además, estos servicios se pueden contratar en diferentes franjas horarias, según las necesidades de la familia.

Se trata de una fórmula cada vez más utilizada en los hogares españoles. A finales de 2017 se calculaba que el número de usuarios de asistencia a domicilio de mayores era de más de casi 1,3 millones de personas, con incrementos anuales cercanos al 3% en 2016 y 2017. Y los datos demográficos no indican otra cosa que el incremento de estas necesidades por parte de ancianos y familias.

Tenemos pues, una muy buena manera de cuidar de nuestros ancianos. El servicio de asistencia a domicilio de personas mayores es asequible, flexible, polivalente, a la vez que especializado, por no hablar de los beneficios que tiene para el anciano. Unas más que buenas razones para contratarlos y que cuiden de esas personas que tanto queremos y que tanto nos han dado en sus vidas.

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