
Desde primera hora de la mañana los voluntarios y voluntarias preparaban los bocadillos que se empezaron a entregar en torno a la una de la tarde, aunque como casi se ha convertido en una costumbre, fue a partir de las dos de la tarde cuando la gente llegó masivamente hasta la Plaza Mayor, coincidiendo con la salidas del Instituto y de los colegios de la villa.
Aún no se conoce el dinero recaudado, que este año irá destinado para un proyecto en Perú.