El lechazo de Castilla y León afronta la campaña de Navidad con un creciente reconocimiento en el mercado, de la mano de Tierra de Sabor, el distintivo de calidad que ha potenciado las ventas de este producto típico de la Comunidad.
En 2010, el número de lechazos certificados bajo las dos figuras de calidad que amparan su producción en la Comunidad fue de 647.216, y en 2011, hasta octubre, se ha incrementado en un 23 por ciento, según ha informado a EFE la Junta de Castilla y León.
«A ese incremento, ya observado campañas anteriores, han contribuido las expectativas que ha creado la marca Tierra de Sabor, con motivo de las promociones de comercialización realizadas para el lechazo de Castilla y León», ha destacado la Junta.
Además, aún queda la campaña de Navidad, uno de los periodos de mayor consumo de este tipo de carne.
Vidal Lázaro, asesor comercial de la cooperativa Colear, ha asegurado a EFE que «es mejor» formar parte de Tierra de Sabor, por el «bombo» promocional que representa este marchamo de calidad.
«La gente se fija» en el distintivo de Tierra de Sabor, en forma de corazón amarillo, «por lo que cuantos más corazoncitos» lleven los productos de Castilla y León, mejor para su promoción y su venta.
Esta cooperativa de Aranda de Duero (Burgos) ha constatado «lo interesante» que es llevar este marchamo, «tanto fuera de la Comunidad como en la propia Castilla y León», ha añadido Lázaro.
Por su parte, el cocinero José Ignacio Castrodeza también ha considerado «positivo» este sello de calidad, en el que ha animado a «creer» a todo el sector agroalimentario y gastronómico de Castilla y León.
Este cocinero vallisoletano ha reconocido que Tierra de Sabor ha contribuido a que se adquieran más productos de la Comunidad, ya que antes de su puesta en marcha «te daba un poco igual» su procedencia.
José Ignacio Castrodeza, del establecimiento Villa Paramesa en Valladolid, ha destacado la labor de Tierra de Sabor para que el consumidor identifique los alimentos de calidad de la Comunidad de una forma «más clara y rápida».
De hecho, una de las tapas estrella del establecimiento son las manillas de lechazo, que «se venden mucho» y más en época navideña.
La Marca de Garantía Lechazo de la Meseta Castellano Leonesa y la Indicación Geográfica Protegida de Lechazo de Castilla y León identifica a los animales desde su nacimiento.
De este modo, se garantiza su procedencia, el sistema de explotación de la que proceden, la alimentación de sus madres y las condiciones de transporte, sacrificio y conservación.
Tierra de Sabor lleva a cabo una importante labor de promoción, para que el producto sea más aceptado por el consumidor, que reconoce el logotipo de este distintivo de calidad.
De los casi veinte millones de cabezas de ovino censadas en España, Castilla y León cuenta con más de tres millones y medio, en cerca de 11.000 explotaciones, una cifra solo superada por Extremadura.
No obstante, Castilla y León concentra el mayor número de hembras reproductoras de España.
Por provincias, destaca Zamora, con 679.171 cabezas de ovino (el 21 por ciento), seguida de Salamanca con 478.548 (14,93) y León con 459.900 (14,35).
En España se sacrifican casi tres millones de corderos lechales al año, de ellos más de dos millones en Castilla y León, es decir, el 76 por ciento del total, de ahí la «exclusividad» de la Comunidad en este producto.
Este volumen de sacrificio de lechazos de Castilla y León representa unos cien millones de euros de valor económico del producto, según datos de la Junta.
Las áreas comerciales prioritarias para el lechazo de Castilla y León son Madrid y la propia Castilla y León, que entre ambas concentran aproximadamente el 70 por ciento de las ventas.
La carne de lechazo destaca por sus propiedades nutricionales, al ser fuente de proteínas, de vitaminas y de minerales.
El lechazo es la cría de oveja que aún mama y no ha superado los 35 días de vida ni los doce kilos de peso, alimentado solo con la leche de ovejas que comen cereales y pastos naturales.
Por ello, esta carne es diferente por su color, blanco nacarado o rosa pálido, su ternura, su jugosidad y la textura suave.