Dos hombres se enfrentan a 7 años de cárcel por introducir billetes falsos en Guijuelo

Durante el juicio en la Audiencia Provincial. Foto: Salamanca24horas

Dos vecinos de Sabadell, I.C.G y A.B.P., se enfrenta a 7 años y 6 meses de cárcel, además de una multa de 19.780 euros, por un delito de falsificación de monedas. Los imputados se hicieron pasar por otros en una llamada telefónica y alquilaron dos furgonetas con las que llegaron a Guijuelo. Una vez allí, cargaron en los vehículos 400 jamones y el mismo número de paletas. El juicio se ha celebrado en la Audiencia Provincial, quedando visto para sentencia.

Salamanca24horas.com / En principio, los compradores catalanes deseaban adquirir entre ochocientas y mil piezas de jamón de Guijuelo. “Allí no llegamos a un acuerdo y le dije que esa cantidad era bastante cara”, aclaró el acusado.  El dinero con el que los dos autores negociaron provenía de la compraventa de un inmueble que compartía con su mujer y que le pertenecía desde 2006, con la sentencia del divorcio. I.C.G. aclara que fueron 70.000 euros los que consiguió por ese inmueble y que “Antonio Duque, un amigo mío, recogió el dinero de los pagarés porque debía dinero al banco“. Además, ha declarado que “ él conservaba el dinero para la manutención de sus hijas y para pequeños gastos”.
I.C.G, comercial inmobiliario, aclara que “me informé de dónde se vendían jamones de calidad, cogí el dinero y me aventuré”. Más tarde, se puso en contacto con el vendedor, con iniciales J.G.M., y en la llamada telefónica le preguntó sobre estos embutidos, una relación comercial hasta entonces totalmente normal. Además, la persona con iniciales A.B.P. le acompañaba en este negocio: “Como no tenía mucho trabajo le comenté si me acompañaba en el transporte, concretamos un precio y le regalé un jamón”.
Por su parte, la víctima del fraude alega que le llamaron al teléfono móvil y no los conocía de nada: “Me dijeron que venían de parte de Antonio ‘el barbas’, la tarde antes de los hechos». Se hicieron pasar por un tal Ricardo y Roberto y, el 24 de julio (al día siguiente), fueron a hablar en persona con el vendedor de embutidos, llegando a un acuerdo: “Pesamos  la carga y, dentro de una bolsa de deporte negra, traían el dinero que contamos en la oficina de mi padre“. El vendedor alega también que “contando me pareció ver un billete más amarillo que otro, y faltaban 2.180 euros que se lo demandaría en 15 días: “después de estar cargado todo el embutido me pareció mal que la deuda impidiese el porte del producto”.
En la entrega, uno de los autores de los hechos firmó una nota en la que prometía entregar aproximadamente 2.000 euros de deuda. Los jamones en Sabadell se llevaron a un garaje unos días y luego repartirlos y venderlos a los clientes “ví que había jamones malos y no le llamé para saldar la deuda”.  “No sabía qué parte de los billetes era falso”, añadió.  Al mediodía, salieron en dirección a su ciudad y J.G.M. comprobó que venían perfectamente intercalados, unos verdaderos y otros falsos. “La chica de la cooperativa separó el dinero real del ficticio y llamamos a la Guardia Civil”, dijo la víctima.
El Ministerio Fiscal ha creído que existen datos incriminatorios suficientes para que estas personas cumplan la sanción que manda la ley: «las personas se hicieron pasar por otras creando indicios de estafadores». Por otro lado, han comentado que “la estafa está consumada y también la falsificación, la idea fue hacer circular esos billetes”. En contra, la defensa alegaba que en la conciencia de los imputados estaba que los billetes eran de curso legal. “No hay pruebas consistentes”, ha añadido.

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